Deleuze va a considerar que su
encuentro con Guattari es como el mar que viene a romper sobre una colina:
“Habría
que compararlo (a Félix) con un mar siempre móvil en apariencia, con destellos
de luz constantes. Puede saltar de una actividad a otra, duerme poco, viaja, no
se detiene. No cesa. Tiene velocidades extraordinarias. Yo sería como una
colina: me muevo muy poco, soy incapaz de llevar a cabo dos empresas juntas,
mis ideas son ideas fijas y los pocos movimientos que tengo son interiores.
Entre los dos, Félix y yo, hubiéramos sido un buen luchador japonés. Pero si se
mira a Félix más de cerca, uno se da cuenta que está solo. Entre dos
actividades o en medio de mucha gente puede sumergirse en una gran soledad.”
Escribe
Guattari (1992):
"Con la invención del dispositivo
analítico, la modelización freudiana marcó un enriquecimiento indudable en la
producción de subjetividad, una ampliación de sus constelaciones referenciales,
una nueva apertura pragmática. Pero rápidamente encontró sus límites con sus
concepciones familiaristas y universalizantes, con su práctica estereotipada de
la interpretación, pero sobre todo con su dificultad para tomar posición más
allá de la semiología lingüística. Mientras que el psicoanálisis conceptualiza
la psicosis a través de su visión de la neurosis, el esquizoanálisis aborda
todas las modalidades de subjetivación iluminadas por la expresión del ser en
el mundo de la psicosis".
Pero el
esquizoanálisis no es (como se dijo) un psicoanálisis psicótico. Para Guattari
la fractura esquizo es la vía regia para entrever emergencias de la fractalidad
del inconsciente.
Se acabaron las máquinas binarias: pregunta -respuesta, masculino-femenino, hombre-animal, etc. …..Una buena manera de leer hoy día sería tratar al libro como a una canción, ver una película, un programa de televisión; cualquier tratamiento especial del libro corresponde a otra época. Las cuestiones de dificultad o de comprensión no existen. Los conceptos son exactamente como los sonidos, los colores, las imágenes: intensidades que nos conviene o no, que pasan o no pasan. Pop’filosofía. Nada que comprender, nada que interpretar. Un encuentro quizás sea lo mismo que un devenir o que unas bodas.
Encontramos personas, movimientos, identidades, ideas, acontecimientos. Y aunque todas estas cosas tengan nombre propio, el nombre propio no designa ni a una persona, ni a un sujeto. ¿Designa un efecto o un zig-zag, algo que pasa o que sucede entre dos?. Es lo mismo que con los devenires; no es que un término devenga el otro, sino que cada uno encuentra el otro, un único devenir que no es para los dos, porque nada tiene que ver el uno con el otro sino que está entre los dos, que tiene su propia dirección. Ni método, ni reglas, ni recetas, tan sólo una larga preparación. Diálogos. Deleuze-Parnet
Encontramos personas, movimientos, identidades, ideas, acontecimientos. Y aunque todas estas cosas tengan nombre propio, el nombre propio no designa ni a una persona, ni a un sujeto. ¿Designa un efecto o un zig-zag, algo que pasa o que sucede entre dos?. Es lo mismo que con los devenires; no es que un término devenga el otro, sino que cada uno encuentra el otro, un único devenir que no es para los dos, porque nada tiene que ver el uno con el otro sino que está entre los dos, que tiene su propia dirección. Ni método, ni reglas, ni recetas, tan sólo una larga preparación. Diálogos. Deleuze-Parnet
Deleuze escribe:
En todos los dominios, hemos terminado por creer en una jerarquía que iría de lo simple a lo complejo, siguiendo una escala materia-vida-espíritu. Pero, quizás, al contrario, la materia sea más compleja que la vida, y la vida una simplificación de la materia. Tal vez los ritmos y las duraciones vitales no estén organizados y medidos por una forma espiritual sino que mantienen su articulación de adentro, de procesos moleculares que los atraviesan. En filosofía también hemos abandonado la pareja tradicional entre una materia pensable indiferenciada, y las formas de pensamiento del tipo categorías o grandes conceptos. Intentamos trabajar con materiales de pensamiento muy elaborados, para:
Volver pensables fuerzas que no son pensables por sí mismas
"Michel Foucault y el poder" de Gilles Deleuze
Michel Foucault y Gilles Deleuze se conocieron en 1952: Foucault impartía una conferencia y Deleuze, por entonces profesor de instituto, fue a escucharlo; cenaron juntos con un amigo común y no hablaron mucho. Un encuentro glacial y poco prometedor que, sin embargo, fue el origen de una de las amistades filosóficas más intensas del siglo xx, en virtud de la cual tanto Foucault le prestaba a Deleuze su apartamento en París como ambos discutían hasta la extenuación y, si hacía falta, se retiraban la palabra durante años.
No obstante, la profunda y mutua admiración se mantuvo siempre intacta, y tal vez por ello, pocos meses después de la muerte de Foucault, Deleuze decidió rendirle homenaje iniciando unos cursos universitarios sobre su obra. Las clases tuvieron lugar en el Departamento de Filosofía de la Universidad de París 8, que ambos habían creado juntos en 1968, negándose a realizar exámenes y a establecer calificaciones (la universidad les retiró la posibilidad de conceder diplomas, pero a nadie le importó). Mejor contexto imposible, por tanto, para impartir un seminario sobre la teoría del poder de Michel Foucault, inédito hasta la fecha en nuestra lengua, y cuya primera parte presentamos ahora. En él Deleuze expone, analiza, escudriña e interpreta la noción de «poder» propuesta por Foucault, su relación indisociable con la de «saber» y su importancia radical para entender las nuevas teorías y prácticas de lucha y resistencia que se han hecho presentes en nuestro mundo desde finales de los años sesenta, y cuyo ciclo se reactiva en nuestros días.
Más información: http://traficantes.net/
La vida en los pliegues
Una vida para Deleuze es una condensación en un solo y mismo
acontecimiento.
Esta
condensación, esta síntesis, para Deleuze es un Pliegue.
Guattari y Lacan
Una de las cuestiones claves de la relación entre Lacan y Guattari será
la postura ante el significante. El papel central del significante para el
estructuralismo, es una de las críticas de Guattari. También el esfuerzo por
matematizar el inconsciente de forma sistemática, anulando (según Félix) la
riqueza del inconsciente Freudiano, abierto al mito y al sueño. Por
otro lado, la reducción Lacaniana de la pluralidad de semióticas en beneficio
de la lingüística. No se trata para Guattari de quitarle importancia al
significante, desde ya que la tiene, pero no se puede pensar en términos de
universales.
Sin embargo y a pesar de la crítica del antiedipo, Guattari nunca descalifico de manera total a Lacan.
Sin embargo y a pesar de la crítica del antiedipo, Guattari nunca descalifico de manera total a Lacan.
El
objeto de nuestros ataques no es la ideología del psicoanálisis sino el
psicoanálisis en cuanto tal, tanto en su práctica como en su teoría. Y no hay,
en este aspecto, contradicción alguna en sostener que el psicoanálisis es algo
extraordinario y, al mismo tiempo, que desde el principio marcha en una
dirección errónea. El giro idealista está presente desde el comienzo. Pero no
es contradictorio: aunque la putrefacción ya está en el origen, en ella crecen
espléndidas flores. Lo que nosotros llamamos idealismo en el psicoanálisis es
todo un sistema de proyecciones y reducciones propias de la teoría y de la
práctica del análisis: reducción de la producción deseante a un sistema de
representaciones llamadas inconscientes, y a las formas de motivación, de
expresión y de comprensión correspondientes; reducción de la fábrica del
inconsciente a un escenario dramático, Edipo o Hamlet; reducción de las catexis
sociales de la libido a catexis familiares, desviación del deseo hacia
coordenadas familiaristas, Edipo, una vez más. No queremos decir que el
psicoanálisis haya inventado a Edipo. Se limita a responder a la demanda, cada
cual se presenta con su Edipo. El psicoanálisis no hace más que elevar Edipo al
cuadrado –un Edipo de transferencia, un Edipo de Edipo– en la ciénaga del
diván. Pues, ya sea familiar o analítico, Edipo es fundamentalmente un aparato
de represión de las máquinas deseantes, en absoluto una formación propia del
inconsciente en cuanto tal. Tampoco deseamos sostener que Edipo, o sus
equivalentes, varíen según las formaciones sociales consideradas. Estamos más
inclinados a creer, como los estructuralistas, que se trata de una constante.
Pero es la constante de una desviación de las fuerzas del inconsciente. Por eso
atacamos a Edipo: no en nombre de unas sociedades que no implicarían a Edipo,
sino debido a la sociedad que lo implica de un modo eminente, la nuestra, la
capitalista. No atacamos a Edipo en nombre de ideales pretendidamente
superiores a la sexualidad, sino en nombre de la propia sexualidad, que no se
reduce al “sucio secretito de familia”. No establecemos diferencia alguna entre
las variaciones imaginarias de Edipo y la constante estructural, puesto que se
trata en ambos extremos del mismo atolladero, del mismo avasallamiento de las
máquinas deseantes. Lo que el psicoanálisis llama la solución o la disolución
de Edipo es en extremo cómico, ya que se trata precisamente de la puesta en
marcha de la deuda infinita, el análisis interminable, la epidemia edípica, su
transmisión de padres a hijos. Cuánto desatino, cuántas estupideces han podido
decirse en nombre de Edipo, especialmente a propósito de los niños. Una
psiquiatría materialista es aquella que introduce la producción en el deseo y
viceversa, la que introduce al deseo en la producción. El delirio no remite al
padre, ni siquiera al nombre del padre, sino a todos los nombres de la
Historia. Es algo así como la inmanencia de las máquinas deseantes en las
grandes máquinas sociales. Es la ocupación del campo social histórico por parte
de las máquinas deseantes. Lo único que el psicoanálisis ha comprendido de la
psicosis es su línea “paranoica”, la que conduce a Edipo, a la castración y a
todos esos aparatos represivos que se han inyectado en el inconsciente. Pero el
fondo esquizofrénico del delirio, la línea “esquizofrénica” que diseña un campo
ajeno a la familia, se le ha escapado por completo. Foucault decía que el
psicoanálisis seguía siendo sordo a la voz de la sinrazón. Y, efectivamente, el
psicoanálisis lo neurotiza todo y, mediante tal neurotización, no contribuye
únicamente a producir esa neurosis cuya curación es interminable, sino al mismo
tiempo a reproducir al psicótico como aquel que se resiste a la edipización.
Carece por completo de una posibilidad de acceso directo a la esquizofrenia. Y
pierde igualmente la naturaleza inconsciente de la sexualidad debido a su
idealismo, al idealismo familiarista y teatral. F. Guattari
Del acontecimiento
“Ser dignos
del acontecimiento” Quizás
es la frase que más se aproxime a la filosofía de Deleuze. Los acontecimientos
nos esperan, nos aspiran, nos hacen señales, y se efectúan en nosotros. Pero a
veces no somos dignos de ellos y en ello no radica ninguna moral. No ser
indigno de lo que nos sucede, captar lo que nos sucede. Superar el
resentimiento contra el acontecimiento. Lo inmoral en Deleuze, es cualquier
utilización de las nociones morales, justo, injusto, mérito, falta.
¿Qué es querer el
acontecimiento?
Es querer
una voluntad!
No es lo que sucede lo que quiero, sino algo en
lo que sucede.
Es un cambio en la voluntad, un salto
sobre el mismo cuerpo.
Es algo por venir justamente en lo que sucede.
El sentido, será el
esplendor del acontecimiento, su estallido. Un puro expresado que nos hace
señas, nos espera.
Bacon y Velázquez
Deleuze plantea dos formas de superar la figuración:
1: Hacia la forma abstracta
2: Hacia la figura
Para Bacon, la figura es lo contrario a la forma referida a un objeto que se supone representar (figuración).
Deleuze dice que de todos los clásicos, Velázquez ha sido,
sin duda, el más prudente, de una inmensa prudencia: hacía pasar sus extraordinarias
audacias manteniendo firmemente las coordenadas de la representación, asumiendo firmemente el rol de un
documentalista... ¿Qué hace que Bacon, en relación con Velázquez, lo tome como
maestro? ¿Por qué declara su duda y su
descontento cuando piensa en su reanudación del retrato de Inocencio X? De
cierta manera, Bacon ha histerizado todos los elementos de Velázquez. Es
necesario no sólo comparar los dos Inocencio X, el de Velázquez y el de Bacon
que lo transforma en papa que grita. Es necesario comparar el de Velázquez con
el conjunto de la obra de los cuadros de Bacon.
Francis Bacon: Sólo la he
visto en foto, nunca vi esta pintura de Velázquez en Roma que tanto me ha
influenciado en su momento. El retrato del Papa...
- ¿Inocencio X?
- Sí, me pide que
explique la pintura y no se puede. Un cuadro que ha impresionado a todos los
pintores. Uno de los mejores del mundo.
- ¿En aquel tiempo era ilustración?
- ... en aquel tiempo
no estaba el cine, ni la televisión, ni tan sólo la fotografía... Estaban
forzados a hacer este tipo de ilustración... Pero como la hizo tan magnífica...
Uso las fotos como un diccionario, no para copiarlas, como hacen los
hiperrealistas... simplemente como un diccionario, de referencia.
Resonancia
La vibración se hace resonancia. Esta es la insistencia de
Deleuze con Bacon. Toda una fórmula. No confundamos la vibración con la
resonancia. La resonancia produce otro tipo de enlace a nivel molecular.
Figuras acopladas, que nada tienen que contar. La simple
vibración, ya es resonancia. El estremecimiento que genera el encuentro con la
figura, se transforma en una multiplicación sentida. Efectos de resonancia. No
hay narración, no hay historia, solo figuras que componen una única figura y
que opera por efectos de resonancia. Como los conceptos, los perceptos
Baconianos, multiplican en afectos. Siempre hablamos de fuerzas. Son los
diferentes niveles de la sensación que se comunican y operan por resonancia.
Francis Bacon. Portrait of Lucian Freud on Orange Couch 1965.
De crítica y clínica
Los libros hermosos están escritos
en una especie de lengua extranjera.
PROUST, Contre Sainte–Beueve
El problema de escribir: el escritor, como dice Proust, inventa dentro de la lengua una lengua nueva, una lengua extranjera en cierta medida. Extrae nuevas estructuras gramaticales o sintácticas. Saca a la lengua de los caminos trillados, la hace delirar. Pero asimismo el problema de escribir tampoco es separable de un problema de ver y de oír: en efecto, cuando dentro de la lengua se crea otra lengua, el lenguaje en su totalidad tiende hacia un límite «asintáctico», «agramatical», o que comunica con su propio exterior.
El límite no está fuera del lenguaje, sino que es su afuera: se compone de visiones y de audiciones no lingüísticas, pero que sólo el lenguaje hace posibles. También existen una pintura y una música propias de la
escritura, como existen efectos de colores y de sonoridades que se elevan por encima de las palabras. Vemos y oímos a través de las palabras, entre las palabras. Beckett hablaba de «horadar agujeros» en el lenguaje para ver u oír «lo que se oculta detrás». De todos los escritores hay que decir: es un vidente, es un oyente, «mal visto mal dicho», es un colorista, un músico.
Prólogo de crítica y clínica
en una especie de lengua extranjera.
PROUST, Contre Sainte–Beueve
El problema de escribir: el escritor, como dice Proust, inventa dentro de la lengua una lengua nueva, una lengua extranjera en cierta medida. Extrae nuevas estructuras gramaticales o sintácticas. Saca a la lengua de los caminos trillados, la hace delirar. Pero asimismo el problema de escribir tampoco es separable de un problema de ver y de oír: en efecto, cuando dentro de la lengua se crea otra lengua, el lenguaje en su totalidad tiende hacia un límite «asintáctico», «agramatical», o que comunica con su propio exterior.
El límite no está fuera del lenguaje, sino que es su afuera: se compone de visiones y de audiciones no lingüísticas, pero que sólo el lenguaje hace posibles. También existen una pintura y una música propias de la
escritura, como existen efectos de colores y de sonoridades que se elevan por encima de las palabras. Vemos y oímos a través de las palabras, entre las palabras. Beckett hablaba de «horadar agujeros» en el lenguaje para ver u oír «lo que se oculta detrás». De todos los escritores hay que decir: es un vidente, es un oyente, «mal visto mal dicho», es un colorista, un músico.
Prólogo de crítica y clínica
Ritornelo
• Es
territorial. Es un agenciamiento territorial
• Relación
concomitante con la tierra, conlleva una tierra, relación esencial con lo
natal, con lo originario.
• Tres
momentos sucesivos. Tres aspectos de una sola y misma cosa. Son simultáneos (se
hacen simultáneos)
Tres aspectos del ritornelo:
1. Caos:
inmenso agujero negro. Esfuerzo por fijar un punto frágil como centro.
2. Organizar
alrededor del punto, una andadura (mas que una forma), tranquila y estable. Una
andadura es un movimiento o avance en el espacio-tiempo, acción o modo de
andar. Sinónimo de andadura: andada, caminata, recorrido, trayecto, etapa.
Antónimo: inactividad. El agujero negro deviene casa.
3. Se
introduce en esa andadura, una salida fuera del agujero negro.
Klee
muestra los tres aspectos y su relación. Habla del punto gris y no del agujero
negro, por razones pictóricas:
1.Punto
gris: Caos no dimensional, fuerza del caos, manojo, enmarañado de líneas
aberrantes.
2.El punto
salta por encima de sí mismo. Hace irradiar un espacio dimensional. Capas
horizontales y verticales. Fuerza interna terrestre (también esa fuerza aparece
en la atmósfera y en el agua). El punto gris ahora es morada o la casa.
3.El punto
se lanza y sale de sí mismo, bajo la acción de fuerzas centrífugas errantes,
desplegadas hasta la esfera del cosmos.
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Gilles y Félix
Mil mesetas
Bibliografía de Gilles Deleuze en castellano
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