El primero es la opinión o imaginación. Designa el conocimiento sensible en general (conocimiento inadecuado)
El conocimiento sensible implica más la naturaleza del cuerpo propio que la de las cosas exteriores. Es un conocimiento confuso, fragmentario, desligado de un entendimiento. Fragmentos discontinuos de la realidad, sin vinculación con un orden necesario de las cosas.
Para Spinoza el autoconocimiento debe pasar por el conocimiento del mundo.
El segundo género de conocimiento o razón, supone un conocimiento de las leyes y esquemas causales que gobiernan el universo y el lugar de cada uno en este concierto (nociones comunes). Es del tipo de conocimiento como el científico. Sin embargo no alcanza para reconocer el ser del hombre (ni el de ninguna otra cosa singular)
Este es un género de conocimiento general que no logra vencer las pasiones y provocar una transformación de la persona.
El tercer género de conocimiento origina un gozo de la vida y una paz de espíritu que no se alcanza a conseguir cuando se accede tan sólo al segundo género, científico o razón. Aquí se trataría de una razón intuitiva que el denomina beatitud o intuición. Donde se comprende adecuadamente la esencia de las cosas singulares.
La intuición, no es una aprehensión misteriosa, sino la percepción inmediata de las relaciones lógicas que enlazan las cosas entre si, percibidas como singulares y eternas a la vez.
El segundo género de conocimiento o razón, supone un conocimiento de las leyes y esquemas causales que gobiernan el universo y el lugar de cada uno en este concierto (nociones comunes). Es del tipo de conocimiento como el científico. Sin embargo no alcanza para reconocer el ser del hombre (ni el de ninguna otra cosa singular)
Este es un género de conocimiento general que no logra vencer las pasiones y provocar una transformación de la persona.
El tercer género de conocimiento origina un gozo de la vida y una paz de espíritu que no se alcanza a conseguir cuando se accede tan sólo al segundo género, científico o razón. Aquí se trataría de una razón intuitiva que el denomina beatitud o intuición. Donde se comprende adecuadamente la esencia de las cosas singulares.
La intuición, no es una aprehensión misteriosa, sino la percepción inmediata de las relaciones lógicas que enlazan las cosas entre si, percibidas como singulares y eternas a la vez.