René Schérer
Miradas sobre Deleuze
Miradas sobre Deleuze
En el clima del “post-mayo”, Réné Schérer forma parte del “grupo de amigos” filósofos con el que se ha reunido Gilles Deleuze en la Universidad de Vincennes: François Châtelet, Michel Foucault, Michel Serres, Jean-François Lyotard. Un amigo de Deleuze. “Pero no íntimo”, aclara el autor.
La obra de Deleuze no sólo es profusa, es también difusa. Ha escrito libros complejos y profundos sobre filósofos, sobre literatura, pintura, cine, sobre psicoanálisis y política. Parece imposible abarcarla en todos sus niveles, en sus recovecos, recorrer sus líneas de continuidad. Pero Schérer lo logra con esta recopilación de artículos: comenta la obra. Desde un artículo de juventud de 1946, De Cristo a la burguesía, hasta su último escrito de 1995, La inmanencia: una vida.
¿Su estrategia? Componer como un fotógrafo o un director de cine lo que llama “vistas”. Son ventanas o visores, que dejan recorrer con la mirada la obra entera del filósofo francés, cada una a través de un tema que la atraviesa: la vida y la muerte, la política de lo impersonal, los devenires, la homosexualidad, el deseo, los olvidados, los marginales de la filosofía.
Evita así la ajenidad, la extrañeza de un historiador de la filosofía. Pero evita también la intimidad, la pura interioridad que lo arrojaría a esa cultura de la cita que Deleuze aborrecía: convoca para cada “vista” no sólo títulos y variaciones deleuzianas, sino otros autores que las iluminan, sentidos políticos, climas y sensibilidades personales y de época, prolonga investigaciones y ahonda en problemas no resueltos. Compone así una mirada amiga –pero no íntima- de la obra de Deleuze.
La obra de Deleuze no sólo es profusa, es también difusa. Ha escrito libros complejos y profundos sobre filósofos, sobre literatura, pintura, cine, sobre psicoanálisis y política. Parece imposible abarcarla en todos sus niveles, en sus recovecos, recorrer sus líneas de continuidad. Pero Schérer lo logra con esta recopilación de artículos: comenta la obra. Desde un artículo de juventud de 1946, De Cristo a la burguesía, hasta su último escrito de 1995, La inmanencia: una vida.
¿Su estrategia? Componer como un fotógrafo o un director de cine lo que llama “vistas”. Son ventanas o visores, que dejan recorrer con la mirada la obra entera del filósofo francés, cada una a través de un tema que la atraviesa: la vida y la muerte, la política de lo impersonal, los devenires, la homosexualidad, el deseo, los olvidados, los marginales de la filosofía.
Evita así la ajenidad, la extrañeza de un historiador de la filosofía. Pero evita también la intimidad, la pura interioridad que lo arrojaría a esa cultura de la cita que Deleuze aborrecía: convoca para cada “vista” no sólo títulos y variaciones deleuzianas, sino otros autores que las iluminan, sentidos políticos, climas y sensibilidades personales y de época, prolonga investigaciones y ahonda en problemas no resueltos. Compone así una mirada amiga –pero no íntima- de la obra de Deleuze.
1ª edición - Buenos Aires.
Editorial Cactus,
Noviembre de 2012. 14,5 x 21,5 cm // 160 págs.
Trad. Sebastián Puente
Editorial Cactus,
Noviembre de 2012. 14,5 x 21,5 cm // 160 págs.
Trad. Sebastián Puente