Se cura por la manera en que uno se agencia con los otros, el inconciente se produce, y entonces son máquinas de conexiones, son territorializaciones, son nuevas maneras de formar subjetividades, de buscar sentido, que me parece que están más ligadas a la filosofía de Deleuze. |
Deleuze y Guattari que han sido los que más nos han interesado, porque se ocupan de lo que está por fuera de la representación.
-Deleuze y Guattari hablan de “Inconcienteesquizoanalítico”, que sería otra forma de pensar elinconciente freudiano, que queda atrapado, desde esa perspectiva, en la noción de representación. ¿De qué manera el “inconciente esquizoanalítico” evitaría esa supuesta encerrona?
-Para mí, suponer que a una persona le puede ayudar entender su Complejo de Edipo, sinceramente, hoy me parece irrisorio, para alguien que no tenga doce años. Puede ser, si hacés una dramatización, y hablás como él, pero a mí entender, se cura por la manera en que uno se conecta con los otros, elinconciente se produce, y entonces son ‘máquinas de conexiones’, son “territorializaciones”, son nuevas maneras de formar subjetividades, de buscar sentido, que me parece que están más ligadas a la filosofía de Deleuze. No puedo decir yo que no sea un analista, pero no me considero un analista, soy un psicoterapeuta. No me gusta lo de analista, porque me parece que me priva de una enorme cantidad de cosas que no tienen nada que ver con el psicoanálisis. Incluso esta manera de trabajar influye en el teatro, en una concepción del teatro. Me considero un apasionado por lo grupal. Junto con Kesselman, hemos tratado de formarnos y de formar dentro de un esquema que incorpora al psicoanálisis, pero no siempre lo toma en cuenta. En ese sentido, algunos lacanianos que están conmigo, yo no he leído a Lacan, me decían que Lacan había manifestado que el grupo era obsceno. Sólo que los fenómenos de Lacan fueron grupales todos. Hay mucha gente lacaniana que me dice: ‘vos sos lacaniano’, por la manera de trabajar, seguramente, porque no me detengo en la interpretación. Acá nosotros tuvimos dos ejes: Freud-Melanie Klein y Lacan. Yo me formé con Melanie Klein y te diría que ella hace un abuso interpretativo, si uno lee algunos libros de Melanie Klein de niños, no se sabe si el juego está determinado o no por la interpretación. Hay un psicoanalista que a mí me ayudó mucho para empalmar todo esto y fue Winnicott, porque él decía que había que dejar al paciente hablar, sobre todo “dejar hablar” y entender que en el hablar hay un sinsentido. Sólo que el analista no aguanta el sinsentido.
-En cierto modo, Lacan mismo propone otra posición frente al exceso en la interpretación.
-Es posible. Hay una anécdota de André Green, que vino acá hace muchos años, y dijo: ‘Che, me vinieron a ver ocho didácticos de una pobreza intelectual enorme, hubo uno solo que me pareció inteligente, y fue Alberto Ure, que era director de teatro. Creo que Lacan representa, además, la cultura, algo que no hay en la mayoría de los analistas, es una dimensión del mundo diferente.
Fuente: elsigma.com
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