En esta, la segunda visita de Francois Dosse a Buenos Aires, el historiador e intelectual galo confirmó una presunción totalmente suya. La Argentina es un país en el que se lee. Y mucho. Al menos al juzgar por el movimiento en la Feria del Libro. “En una época en la que la lectura empieza a declinar, la Argentina es una excepción”, dijo Dosse. Y luego la charla se volvió filosófica.
Dosse insistió con una idea que defiende a rajatabla en su libro, que publica aquí Fondo de Cultura Económica. No se puede disociar a Félix Guattari de Gilles Deleuze. “La obra común es una obra que no se construyó sumando un individuo más otro. Sino que es una producción entre dos. Lo que importa es la conjunción”, dijo.
Explicó entonces que ambos hicieron funcionar algo heterogéneo, algo sobre Deleuze tuvo metáforas que fueron muy expresivas: Guattari es un rayo y yo el pararrayos. Deleuze pacífica la fiera que era Guattari… “Deleuze se representa a si mismo como una colina hecha de aluviones que son los aportes de Guattari”, sigue Dosse.
Aunque no toma partido por uno ni por otro, Dosse dice que es verdad que en la memoria colectiva Deleuze quedó como el filósofo y Guattari es algo así como un electrón libre, es inclasificable y ha sido en cierto modo olvidado o dejado de lado. Hace justicia entonces Dosse, rescatando a Guattari.
Luego hay un aspecto, el político, que es fundamental para esta obra en común que incluye títulos como Antiedipo y Mil mesetas. “La desguatarización va en ese sentido, porque el encuentro entre ellos se hace en mayo del 68 y hay un dejar de lado todo lo que tuvo que ver con el mayor francés, donde Guattari es la figura militante, y se trata de evacuar eso”, dice Dosse. Y de ejemplos:
“Cuando ellos publican el Antiedipo que es el verdadero pensamiento del 68 y que aparece en 1972, uno de los primeros efectos en Francia es positivo y es que en algunos movimientos de izquierda y en particular los maoístas, por ejemplo la izquierda proletaria, había gente que estaba tentada por una suerte de reflujo por la acción terrorista y el Antiedipo tuvo un rol de pacificación”.Hay múltiples testimonios que Dosse evoca en su libro. “Ahí se ve cómo Guattari como psicoanalista convenció a varios de ellos de no pasar a una acción terrorista”, dice el autor.
Nota de la revista Ñ