Posted by Fernando Reberendo
El movimiento DADA (1916), nació durante la primera Guerra Mundial e irrumpe en la escena intelectual en varios países simultáneamente, en especial en aquellos que habían participado en la guerra, Francia e Inglaterra. Tanto vencedores como vencidos rechazarían por igual el derrumbe de los valores occidentales.
Fragmento del Manifiesto Dadá
1918
Todo producto del asco susceptible de convertirse en una negación de la familia, es Dadá; protesta con todas las fuerzas del ser en acción destructiva: DADA; conocimiento de todos los medios hasta ahora rechazados por el sexo púdico del compromiso cómodo y la cortesía: DADA; abolición de la lógica, danza de los impotentes de la creación: DADA; de toda jerarquía y ecuación social instalada para los valores por nuestros lacayos: DADA; cada objeto, todos los objetos, los sentimientos y las oscuridades, las apariciones y el choque preciso de las líneas paralelas, son medios para el combate: DADA; la abolición de la memoria: DADA; abolición de la arqueología: DADA; abolición de los profetas: DADA; abolición del futuro: DADA; creencia absoluta indiscutible en cada dios producto inmediato de la espontaneidad: DADA; salto elegante y sin perjuicio de una armonía a la otra esfera; trayectoria de una palabra lanzada como un disco sonoro grito; respetar todas las individualidades en su locura del momento: seria, temerosa, tímida, ardiente, vigorosa, decidida, entusiasta; pelar su iglesia de todo accesorio inútil y pesado; escupir como una cascada luminosa el pensamiento chocante o amoroso, o mimarlo -con la viva satisfacción de que da igual- con la misma intensidad que el zarzal, puro de insectos para la sangre bien nacida, y dorada de cuerpos de arcángeles, de su alma. Libertad: DADA DADA DADA, aullido de los dolores crispados, entrelazamiento de los contrarios y de todas las contradicciones, de los grotescos, de las inconsecuencias: LA VIDA.
No se trata de seguir desarrollando nuevas propuestas a partir de lo anterior, sino conciencia del fin del camino y actitud de "saltar la tapia" hacia algo nuevo, de ahí su profundo rechazo incluso de las vanguardias previas (Futurismo, Cubismo). Para evolucionar en el arte destruyó el arte anterior... de las cenizas surgió el surrealismo. Liberó al arte del arte.
Idea del primitivismo, de la creación espontánea de la obra de arte.
Oposición a las clásicas nociones de gusto y producción artística.
Integración del artista en el mundo circundante.
Para ello expondrán frecuentemente sus ideas a través de manifiestos y revistas, subrayando los aspectos de denuncia de la guerra, del capitalismo, de las ideas burguesas, de todo lo que para ellos es un mundo caduco
Alberto Giacometti
(Borgonovo, Suiza, 10 de octubre de 1901 - Coira, Suiza, 11 de enero de 1966) fue un escultor y pintor.
Importancia del lenguaje en la experiencia colectiva del creador.
El lenguaje como fuerza natural del hombre, el lenguaje como arma de provocación. Desde esa perspectiva la poesía no puede existir para el placer sino para la provocación y la agresión.
Estrasburgo, 1887 – Basilea, 1966
Escultor, pintor y poeta, hoy reconocido como uno de los pilares del Arte Contemporáneo.
CARNE Y HUESO
Un péndulo de carne y huesotoca el abecedario.Las nubes respiran en los cajones.Una escalera de mano sube por una escalerade mano y lleva a la espaldaa la mujer escalera.El espacio está sobre aviso.Ya no duerme como la leche.Se columpia en la lenguade un recuerdo piadoso.El espacio está bien lavado.La desnudez de una cruzla descripción de una lágrimala descripción de una gota de sangreen una gruta de carne y hueso.En el plano ruidoso de nuestro sigloun cordelito perdidose pone a contarnosque sirvió para hacer bailarpirámides de carne y huesosobre sus vérticescomo peonzas.Dame de tus montes,tienes más de mil.Yo te daré a cambioviento y porcelana de viento.Te daré árboles mutiladoscon manos de puntillas.Te daré una corona de carne y huesoy un gran sombrero lleno de miel.Te daré ademásuno de mis jardinerosque me riega de día y de noche
Instrucciones para hacer un poema dadaísta
Tistan Tzara
Coja un periódico.
Coja unas tijeras.
Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuenta darle a su poema.
Recorte el artículo.
Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en una bolsa.
Agítela suavemente.
Ahora saque cada recorte uno tras otro.
Copie concienzudamente en el orden en que hayan salido de la bolsa.
El poema se parecerá a usted.
Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendida del vulgo.