Bloque de imágenes
Ecrits pour l'anti-oedipe
Qui a écrit L’Anti-Œdipe ? Gilles Deleuze, comme on l’a un peu trop souvent dit ? Non, Gilles Deleuze et Félix Guattari ! Il faut y insister, L’Anti-Œdipe est écrit et signé par deux auteurs ; il a donc été écrit à deux mains. Sont réunis ici, publiés pour la première fois les textes, fiches de lectures, notes et parties du journal intime de Félix Guattari qui ont contribué à l’écriture de L’Anti-Œdipe.
Durant trois années, Gilles Deleuze et Félix Guattari ont travaillé ensemble pour concevoir le livre phare des années 1970 que fut L’Anti-Œdipe (paru en 1972 aux éditions de Minuit). Sur les modalités de ce travail en commun, les deux amis sont toujours restés discrets. Les textes, fiches de lecture, notes et parties de journal que Félix Guattari adressait à Gilles Deleuze – et qui sont ici réunis et publiés pour la première fois – viennent enfin éclairer les formes qu’a prises cette énigmatique expérience d’écriture à deux. Ils constituent la matrice, la boîte à outils (et à idées) à partir desquelles Gilles Deleuze a rédigé la version finale de L’Anti-Œdipe. Mais, bien plus qu’un éclairage historique sur la « façon » dont ceux-ci ont procédé, bien plus même que des « éléments théoriques » qui compléteraient L’Anti-Œdipe, les présents Écrits, réunis et agencés par Stéphane Nadaud, montrent à quel point l’indistinction entre la pratique et la théorie – chère au philosophe et au psychanalyste qu’ils étaient – prenait un sens bien réel. Deleuze et Guattari ont accepté, un temps, de perdre ce qui les fondait comme sujets pour inventer une écriture à deux.
Qu’est-ce que L’Anti-Œdipe ? Tous ceux qui ont été les contemporains de la sortie de L’Anti-Œdipe s’en souviennent : ce livre, publié en 1972 aux éditions de Minuit, fut un événement. L’un des événements intellectuels et éditoriaux les plus considérables des années 1970. Au point qu’on a pu dire, non sans exagération sans doute, mais cette exagération était portée par l’enthousiasme, qu’il y avait un « avant » et un « après » L’Anti-Œdipe. C’est-à-dire qu’il y avait un avant et un après dans l’histoire de la philosophie. D’abord parce que, pour la première fois à ce point, la philosophie a intégré à ses moyens ceux de la psychanalyse (à moins que ces derniers n’aient fait imploser les premiers) ; ensuite parce qu’on n’avait pas connu jusque-là livre plus gai, plus juvénile, plus irrévérencieux. C’est la marque distinctive de mai 68, sans doute, que cette gaieté, cette juvénilité, cette irrévérence. Et c’est ce qui a permis qu’on dise, avec raison, que ce livre était le fruit de 68 et, entre tous, l’un des plus beaux. Des plus beaux et des plus vénéneux : L’Anti-Œdipe constitue une machine de guerre contre le vieux monde dont 68 n’était pas venu à bout, et pour l’achever. Machine, machinerie sont des mots qui reviennent d’ailleurs souvent dans ce livre. Et que celui-ci justifie pleinement, sans doute : c’est un précis technique et savant, une formidable boîte à outils de la subversivité dans laquelle puisent tous ceux qu’une aussi grande efficacité théorique et politique attire irrésistiblement. Et, dans le monde entier, c’est naturellement que les jeunes lecteurs sont attirés par lui et le lisent.
Stéphane Nadaud est à la fois pédopsychiatre et philosophe. Médecin des hôpitaux de Paris, il rédige actuellement une thèse à Paris-VIII (travail sur Deleuze, Guattari et Foucault).
Foucault/Blanchot
Foro Permanente DD.HH. y Genocidio
Ciclo 2010: El Campo de Concentración como lógica biopolítica
-arqueología de la violencia cotidiana en la biopolítica tardomoderna-
“El Campo de Concentración como puro, absoluto e insuperado espacio biopolítico fundado en el Estado de Excepción, aparece como el paradigma oculto del espacio político de la Modernidad, del que tendremos que aprender a reconocer las metamorfosis y los disfraces.” G.Agamben
Presentaciones
Martes 27/Abril: Prof. Eduardo Grüner
Haití: las plantaciones esclavistas
como campo de concentración
4/Mayo: Colectivo Residentes de Salud Mental (Dr. Federico Kaski, Dr. Pablo Kohan et al.)
y Dr. Ferioli Seragopian
‘Ciudad Borda’: las Preguntas Últimas
- biopolítica de la Locura -
11/Mayo: Lic. Gabriel Sivinian y colegas invitados (Sociología e Historia)
Modernidad y Neocolonialismo: el caso Palestina
18/ Mayo: Dr. Eugenio Zaffaroni / Tema a confirmar.
25/Mayo : Dr. Daniel Ferioli Seragopian
(fecha a confirmar) Estado de Excepción, Campos y sus metamorfosis
- la regla inaparente de lo cotidiano -
1/Junio : Lic. Fabiana Rousseaux (Secretaría de DDHH):
Campo de Concentración y Centros Clandestinos de Detención
8/ Junio : Disertante y tema a confirmar
15/ Junio: Prof. Alejandro Kaufman (Ciencias de la Comunicación)
Violencia segregativa urbana y genealogía del exterminio
Acto de Cierre: Las Preguntas Últimas
“..las preguntas últimas, que no son las que no tienen respuesta,
sino las que ya nadie puede, siquiera formular.” Eduardo Grüner
Teatro Tadrón/ -Premio Universidad de Bs.As. “Teatro del Mundo” 2007/2008 por Ciclo ‘Teatro por la Justicia’
-Nominación al Premio Trinidad Guevara 2007, por Producción Teatral Independiente.
Niceto Vega y Armenia/ Ciudad Bs.As./ Tel: 4777-7976/ Ciclo no arancelado.
Se entregan certificados de asistencia.
Del cristal
fantasías, etc.), lo imaginario es una noción muy indeterminada, y debe someterse a condiciones rigurosas: la condición es el cristal, y lo incondicionado a lo que tiende es el tiempo. No creo en una especificidad de lo imaginario, sino en dos regímenes de imágenes: un régimen que podríamos llamar orgánico, el de la imagen–movimiento, que opera mediante conexiones racionales y encadenamientos y que proyecta en cuanto tal un cierto modelo de verdad (la verdad es el todo...); por otra parte, un régimen cristalino, el de la imagen–tiempo, que opera mediante conexiones irracionales y reconstrucción de los encadenamientos, un régimen que sustituye el modelo de lo verdadero por el poder de lo falso como devenir. Justamente porque el cine pone en movimiento la imagen, posee medios propios para reelaborar la problemática de estos dos regímenes. Pero, con otros medios, se encuentran también en otros ámbitos: hace
mucho tiempo, Worringer hablaba, en el terreno de las artes, de una confrontación entre un régimen orgánico “clásico” y un régimen inorgánico o cristalino, no menos vital que el anterior, pero cuya potencia vital no es orgánica sino bárbara o gótica. Vemos ahí el estilo en sus dos estados, sin que pueda decirse que uno de ellos es más “verdadero” que el otro, ya que lo verdadero como modelo o como Idea pertenece tan sólo al primero. Es posible que también el concepto, o la filosofía, presenten estos dos estados. Nietzsche es un ejemplo de discurso filosófico que se inclina hacia un régimen cristalino para pasar del modelo de lo verdadero al poder del devenir, del órgano a una vida no–orgánica, de los encadenamientos lógicos a los encadenamientos “páticos” (aforismo).
En su obra más importante, Abstracción y Naturaleza (1908), intentó llevar a cabo un análisis de la psicología de los estilos, basado en la integración del concepto de empatía y abstracción; dando los principios generales de su estética: contenido espiritual de la obra de arte y la crítica aplicada dedicada a la ornamentación y al arte prerrenacentista.
Entre otras publicaciones, cabe destacar Problemas formales del gótico (1911) y Problemática del arte contemporáneo (1948).
Una película sobre Perlongher, el poeta de los muchachos
El documental perfila a un poeta canónico y una figura política prohijada por una época hirviente.
Territorialidades sensibles
Al ser el más cezanniano de los pintores contemporáneos, Bacon —explica Deleuze— retrotrae la verdad al cuerpo para liberar, por medio de su deformación, de su des-organ-ización, una fuerza más profunda y casi irrespirable (une Puissance plus profonde et presque invivable).
Texto de Eric Alliez
Witold Gombrowicz, la música y el baile
“Me presenté en aquel baile de Nochevieja a las dos de la madrugada, llevando dentro, aparte del pavo, bastante cantidad de vodka y de vino. Había quedado allí con unos conocidos, pero no estaban; deambulé por diversos salones, me senté en el jardín donde inesperadamente la muchedumbre se dividió en parejas y empezó el baile”. Halina Grodzicka acostumbraba a decir que uno no podía imaginárselo a Gombrowicz bailando un fox-trot. Sin embargo, al poco tiempo de haberlo conocido presencié un baile de Gombrowicz recitando algunas escenas de “El casamiento”. Era extraño, con su silueta un tanto rígida uno no podía creer que bailara, pero en ocasiones como ésta se nos hacía patente que tenía mucha agilidad corporal, no así cuando lo observábamos caminar: parecía un barco navegando y avanzando río arriba.
Tanto en sus novelas cortas como en las largas echaba mano al recurso de los bailes, a veces bailes imaginarios, como el de “Ferdydurke”, cuando baila frente a las toallas, los pijamas, las cremas y las camas de los Juventones para ridiculizarlos y descalabrar su modernidad. Como expresión del hombre Gombrowicz le reservó siempre un lugar especial a la música. La música rehumaniza la descomposición formal con mayor fuerza que la literatura y por eso su efecto es más poderoso que el del resto de las artes. Después de su ocupación habitual que era la literatura, las pasiones predominantes de Gombrowicz eran la filosofía y la música. En la variedad de temas que Gombrowicz aborda en los diarios está incluida su sabiduría filosófico musical, pero su obra artística no la incluye, por lo menos a primera vista.
Hay que decir no obstante que las estructuras musicales y el pensamiento fundamental están presentes en el momento de la creación, pero Gombrowicz se ocupa de cubrir su presencia con el lenguaje. A veces utiliza el sistema de la grilla que se aplica sobre un texto legible para hacer surgir un código, otras el método del pintor que primero hace un cuadro realista y después oculta su legibilidad, y también el procedimiento que utilizan los animales para ocultar sus excrementos. A pesar de que Paul Valéry, según pensaba Gombrowicz, no quiso disfrazarse de sacerdote de la inmadurez vistiéndose de cura con el pantalón corto y los pies descalzos, se lucía con el poeta en Tandil dando explicaciones sobre “Ferdydurke”. La obra poética de Paul Valéry, fuertemente influenciada por Stéphane Mallarmé, es una de las piedras angulares de la poesía pura, de fuerte contenido intelectual y esteticista: “Todo poema que no tenga la precisión de la prosa no vale nada”.
Su obra presenta un conflicto entre la contemplación y la acción que debe resolverse artísticamente para captar el sentido de la vida. Valéry está considerado como uno de los más grandes escritores filosóficos modernos en verso y en prosa. Era un hombre escéptico y tolerante, que despreciaba las ideas irracionales y la inspiración poética, y creía en la superioridad moral y práctica del trabajo, la conciencia y la razón.Para Valéry la poesía era la más hermosa de las técnicas creativas. En sus versos articulaba ideas abstractas mediante imágenes simbólicas y ritmos sutiles. Los temas de su obra son a menudo antitéticos: las emociones frente al intelecto, el universo y el hombre, el ser y el no ser, o la naturaleza del genio y el proceso creativo. En sus escritos en prosa analiza el arte, la cultura, la política y las capacidades de la mente humana en un estilo aforístico.
La condensación de su pensamiento, unido al denso simbolismo y las abundantes alusiones, hacen que el significado de la obra de Valéry resulte a veces oscuro. Gombrowicz fue inmisericorde con el simbolismo francés y con sus interminables metáforas, desprecio que puso a punto en la conferencia que dio contra los poetas. “Los poetas le rinden homenaje a su propio trabajo y todo este mundo se parece mucho a cualquier otro de los tantos y tantos mundos especializados y herméticos que dividen la sociedad contemporánea (...)” “Los ajedrecistas, por ejemplo, consideran el ajedrez como la cumbre de la creación humana, tienen sus jerarquías, hablan de Capablanca como los poetas hablan de Valéry y, mutuamente, se rinden todos los honores. Pero el ajedrez es un juego mientras que la poesía es algo más serio y lo que resulta simpático en los ajedrecistas, en los poetas es signo de una mezquindad imperdonable (...)”
“Qué suerte que aquellos que discurren sobre el arte con el grandilocuente estilo de Valéry no se rebajan a semejantes confrontaciones. Quien aborda nuestra misa estética por este lado podrá descubrir con facilidad que este reino de la aparente madurez constituye justamente el más inmaduro terreno de la humanidad, donde reina el bluff, la mistificación; el esnobismo, la falsedad y la tontería (...)”“Y será muy buena gimnasia para nuestra rígida manera de pensar imaginarnos de vez en cuando al mismísimo Paul Valéry como sacerdote de la Inmadurez, como un cura descalzo y con pantalón corto”. La poesía y el simbolismo francés se le asociaron inmediatamente con Victoria Ocampo cuando Gombrowicz llegó a la Argentina. A pesar de su paulatino e irresistible ascenso en Europa, Victoria Ocampo nunca se mostró sensible a la seducción que producía su inteligencia.
Hasta el mismísimo Jacques Lacan había despertado la admiración de nuestra Victoria Ocampo en los viajes que la señora hacía a París entre las dos guerras mundiales, aunque nadie puede asegurar que la relación entre ellos haya ido más allá de un apasionado flirteo, a pesar del gusto que tenía esa dama tan elegante por ir a la cama con personajes destacados.A los veintiún años Paul Valery decidió dejar de escribir razón por la que renuncia a toda vida sentimental para consagrarse al conocimiento puro y desinteresado de su yo, buscando con ello mantener el dominio de sí mismo. Tuvieron que pasar veinte años para que volviera a escribir, despertado de su ensimismamiento por algo exterior, las palabras de sus amigos Gide y Mallarmé que le aconsejaban la vuelta a la escritura.
Pero siguió afirmando que la literatura no le interesaba sino en la medida en que ejercita el espíritu en las transformaciones en las que las propiedades excitantes del lenguaje juegan un papel decisivo. Después de regresar a la escritura y tratando de encontrar nuevas relaciones para la palabra poética, a los sesenta y cinco años Paul Valéry dicta una conferencia sobre la filosofía y la danza en la que intenta mostrar una unión inseparable entre el baile y la poesía.Estamos acostumbrados a las relaciones que existen entre la música y la poesía o la música y la danza, así que Valéry introduce una novedad asociando la poesía a la danza pues es en la música y en la danza entre las que parece haber desde siempre una dependencia mutua, primero con el ritmo del corazón y la cadencia de nuestros pasos, después con las manos y los pies y el tambor marcando el ritmo.
En ocasiones fue la danza la que inspiró a los músicos, pero al principio fue la música con sus instrumentos del corazón y de la voz, y luego surgió la danza. Gombrowicz se pone de parte de la relación tradicional entre la música y la danza y en un pasaje de los diarios ilustra de una manera ejemplar cómo el baile se pone en el lugar de la acción en un relato donde los caracteres y la trama apenas asoman la cabeza.Había llegado a una reunión a las dos de la mañana, era la noche de fin de año. Inesperadamente, la gente se dividió en parejas y empezó a bailar. Desde el lugar donde estaba Gombrowicz casi no se oía la música, el ritmo de la danza era más real que la melodía, parecía que el origen del baile no era la música, sino que el origen de la música era el baile.
Era un baile de barrigas, de calvas y de los rostros marchitos de gente mayor. Se trataba de la humanidad más corriente con su inevitable miseria que se pavoneaba de sí misma desvergonzadamente entre brincos sin música, como dispuesta a poseer por la fuerza a la belleza, la elegancia y la alegría, poniendo en el baile todos sus defectos y su vulgaridad.“Pero ese frenético anhelo de encanto, al llegar a su paroxismo, de repente arrebataba un signo de vida a la melodía, a aquellas pocas notas felices que al unirse con el baile lo santificaban por un instante, tras lo cual se reanudaba la colaboración salvaje, oscura, sorda y sin Dios de unos cuerpos agitados y arrastrados por su propio ímpetu”. El baile, a pesar de su imperfección, creaba la música, y es aquí donde Gombrowicz hace una pirueta profunda, a pesar de tener conciencia de que esa idea se le había ocurrido sin elaboración.
La idea de que el baile creaba a la música era lo que había en el fondo de los libros, de las luchas y del valor de los escritores a lo largo de toda la historia. Hacia ese idea se precipitaba toda la humanidad, esa idea se había convertido en la inspiración y en la meta de nuestro tiempo. “También yo me dirigía hacia esa idea siguiendo una espiral que estrechaba cada vez más sus círculos”. Gombrowicz llega a la conclusión de que el baile degrada el espíritu de la música así como los libros degradan el espíritu de los escritores, pero son justamente el baile y los libros los que crean el espíritu del hombre.
Del deseo 2
Del deseo.
Por Suely Rolnik
Líneas y máquina de guerra.
Frases para armar un botiquín: Decir el acontecimiento.
Schizoanalysis and Visual Culture
Venue: Cardiff University, Cardiff, UK
Dates: June 1st - June 2nd 2010
What is schizoanalysis and how might it be applied to the analysis of contemporary visual culture? This question is both daunting in its complexity and exciting in terms of the possibility for a whole new way of thinking about visual culture it offers. Answering it seems to require that we experiment with Deleuze and Guattari’s ideas and concepts to produce our own new syntheses adequate to the demands of the present creative, historical and theoretical conjuncture we find ourselves in today. That is the challenge this symposium will take up by bringing together some of the most creative and exacting scholars working in the twin fields of Deleuze studies and film studies today.
If you are interested in participating in or attending this event please contact the conference convenor Ian Buchanan buchanani@cardiff.ac.uk
Keynote Speakers
Dr Felicity Colman (Manchester Metropolitan) "The family manifesto: the schizo-politics of satisfaction"
Dr Patricia MacCormack (Anglia Ruskin University) “Inhuman Ecstasy”
Dr Richard Rushton (University of Lancaster) “A Deleuzian Imaginary: On the cinema of Jean Renoir”
Professor Tom Conley (Harvard University)
Professor David Rodowick (Harvard University) "What is (film) philosophy?"
Professor Mirjam Schaub (The Free University of Berlin) "The Corrections: David Lynch's Mulholland Drive."www.iash.ed.ac.uk/people.htmlwww.geisteswissenschaften.fu-berlin.de/.../schaub/index.html
Professor Paola Marrati (Johns Hopkins University) “Cinema as a Laboratory of Political modernity”
Professor Patricia Pisters (University of Amsterdam) “Organ Transplantation Films: Biopolitical cinema and the BwO”
Dr Anna Powell (Manchester Metropolitan University) “From bio-port to strait-jacket: Oedipus revisited in Spider.”
Dr Barbara Kennedy (Staffordshire University) TBA
Professor Dennis Rothermel (California State University, Chico) “The Tones of Judgment in Local Evening News”
Dr Stamatia Portanova (University of Birkbeck) “A symptomatology of the digital idea”
Dr Pasi Valiaho (Goldsmiths, University of London) “The Filmic Envelope: Affectivity, Hypnosis and the Transindividual”
Dr Taru Leppänen (University of Turku) “Race and Sound in Disney’s Jungle Book”
Dr Jan Harris “Beyond the Time-Image? The Films of Benedek Fliegauf”
Dr Iain Mackenzie (University of Kent) and Dr Robert Porter (University of Ulster) “Dramatizing the Political: On Deleuze and Guattari’s Method”
Dr Nadine Boljkovac (Aberdeen University) “Signs without Name”
Professor Hanjo Berrressem (Cologne University) “'Actual image Virtual cut:' Schizoanalysis and Montage”
Jan Jagodzinski (University of Alberta) “Flaying the Senses: The Films of Kim Ki-Duk”
http://www.cardiff.ac.uk/encap/newsandevents/events/conferences/viscult.html
De los bloques
El ejercicio superior
12 y 13 de marzo. Muestra y Jornada. Deleuze- Baudrillard.
http://www.medicinayarte.com/
De máquinas bestiales y transversalidad
Atravesar muros. Descongelarse
Stella Maris Angel Villegas
viernes 12 de marzo (de 19:45 a 22)
En la Muestra Visual Filosófica los objetos fotografiados se encuentran suspendidos sobre soportes médicos: libros que registran la historia de enfermedad, aparatos de sostén radiográfico y placas radiográficas.Eliminar, aislar, cortar, maquinar estrategias de salud en relación con uno y con el mundo: poetizar los límites.
En la muestra se presentará en imagen los conceptos de Deleuze y Guattari con la utilización de imágenes fotografiadas.
Además se contará con la proyección del Video Territorio de Lobos y una breve charla acerca de Lo maquínico y el arte.
En música nos acompañan el grupo Mr Three, discípulos de Robert Fripp.
Lugar: Municipalidad de Rosario. Distrito Centro. Wheelwright 1486
De la composición
Así, pues, el estilo es como una necesidad de composición de lo que escribes, en fin, la composición interviene de una manera muy... muy primordial, muy...
Gilles Deleuze:
Ahí creo que tienes toda la razón, es otra cosa. Lo que tu dices es: ¿es ya la composición de un libro una cuestión de estilo? Yo creo que lo es completamente, sí, sí. La composición de un libro es algo... que no se decide con anterioridad, se hace al mismo tiempo que el libro se hace. Pero yo veo, por ejemplo, en libros que he hecho, si se me permite invocarlos... hay dos libros, por ejemplo, que me parecen compuestos... yo siempre he dado importancia a la composición misma. Pienso, por ejemplo, a un libro que se llama Lógica del sentido, que está compuesto de series, y que para mí es a decir verdad una especie de composición serial; y luego Mil Mesetas, en el que hay una composición mediante mesetas, donde las mesetas son cosas... La composición es un elemento fundamental del estilo, sí, sí.
De la necesidad
¿Hay una estrategia de la filosofía? Por ejemplo, cuando escribes sobre Leibniz este año. ¿Escribes ahora sobre Leibniz desde un punto de vista estratégico?
Gilles Deleuze:
Sí... supongo que ello depende de lo que se entienda por estrategia. Quiere decir: uno no escribe sin una cierta necesidad. Si no hay necesidad de hacer un libro, es decir, una necesidad sentida por aquel que lo hace, lo mejor es que no lo haga. Así que, cuando escribo sobre Leibniz, se debe a que para mí era necesario. ¿Y por qué era necesario? Porque... porque me había llegado el momento –sería muy largo de explicar, de hablar, no de Leibniz, sino del pliegue, y que el pliegue, bueno...– resultaba que para mí, en ese momento el pliegue estaba fundamentalmente unido a Leibniz. Pero eso podría decirlo de cada libro que he hecho, cuál era la necesidad de la época...
Devenir imperceptible
Y tú, por ejemplo, te sientes célebre y clandestino. Esa noción de clandestinidad, te interesa...
Gilles Deleuze:
Me interesa... no me siento célebre, no me siento clandestino. Es verdad, me gustaría ser imperceptible, pero hay mucha gente que querría, que quiere ser imperceptible. Por otra parte, eso no quiere decir que no lo sea, pero ser imperceptible está bien, porque uno puede... sí, pero esas son preguntas casi personales. Yo lo que quiero es hacer mi trabajo, que no me molesten, que no me hagan perder el tiempo, sí... Y al mismo tiempo, ver gente, porque lo necesito, soy como todo el mundo, me gusta le gente... en fin, me gusta un pequeño número de gente, me gusta verles... pero, cuando les veo, no me gustaría... que ello provocara el más mínimo problema. Lo más hermoso del mundo es tener relaciones imperceptibles con gente imperceptibles. Quiero decir que todos somos moléculas –es una molécula de red, una red molecular, sí.
Entrevista François Dosse
Paris, 1950. Historiador , especialista en historia intelectual.François Dosse es el principal historiador de las ideas francesas de los últimos años. Publicó, entre otros libros, una "Historia del estructuralismo" en dos tomos, "El imperio del sentido" (que retrata la emergencia de un nuevo clima intelectual en las ciencias humanas francesas hacia fines de los 80), "La historia en migajas" (sobre la famosa escuela historiográfica de los Anales) y "La marcha de las ideas", sobre el concepto de "historia intelectual", además de las biografías de Paul Ricoeur y Michel de Certeau. Fundó la revista Espaces Temps. Actualmente escribe la biografía del historiador Pierre Nora y publicará un diccionario de historiografía con Christian Delacroix, Patrick Garcia y Nicolas Offenstadt.
La obra de Gilles Deleuze y de Félix Guattari todavía sigue siendo un enigma. ¿Quién escribió? ¿El uno o el otro? ¿El uno y el otro? ¿Cómo pudo desplegarse una construcción intelectual común de 1969 a 1991, más allá de dos sensibilidades tan diferentes y de dos estilos tan contrapuestos? ¿Cómo pudieron estar tan juntos sin renunciar nunca a una distancia manifestada en el recíproco tratamiento de "usted"? ¿Cómo trazar esta aventura única por su fuerza propulsora y por su capacidad de hacer surgir una suerte de "tercer hombre", fruto de la unión de ambos autores? Parece difícil en los escritos seguir lo que corresponde a cada uno. Evocar un hipotético "tercer hombre" sería apresurarse, sin duda, en la medida en que a lo largo de su aventura común uno y otro supieron preservar su identidad y hacer un recorrido singular. En 1968, Gilles Deleuze y Félix Guattari viven en dos galaxias diferentes. Nada predestina el encuentro de estos dos mundos. Por un lado, un filósofo reconocido, que ya ha publicado una buena parte de su obra, y por el otro, un militante que se encuentra en el campo del psicoanálisis y autor de algunos artículos. Si podemos estar de acuerdo –sin caer en el finalismo histórico– con el periodsta Robert Maggiori, que califica este encuentro de "destinal", ¿cómo logran entrar en contacto estas dos galaxias? Como veremos, la explosión de Mayo de 1968 fue un momento intenso que permitió los encuentros más improbables. Pero de manera más prosaica, hubo en primer lugar, al comienzo de este encuentro, un intermediario, un personaje mercurial, subterráneo y mayor: el doctor Jean-Pierre Muyard, médico en La Borde; da cuenta de esto en la dedicatoria personal que le escribe Félix Guattari en la primera obra en común El antiedipo: "A Jean-Pierre, el verdadero culpable, el inductor, el iniciador de esta empresa perniciosa". Jean-Pierre Muyard estudia medicina en Lyon a fines de los años 1950. Militante en el ala izquierda de la Unión Nacional de Estudiantes de Francia (UNEF) que se opone a la guerra de Argelia, llega a ser presidente de la sede de Lyon, en 1960. Conoce a Jean-Claude Polack, por entonces presidente de la Asoc. General de...
Leyendo el Nietzsche de Gilles: La cultura considerada desde el punto de vista histórico
Dardo al porvenir
Suely Rolnik, La muerte de Guattari.