El
proyecto más general de Nietzsche consiste en esto: introducir en filosofía los
conceptos de sentido y valor. Es evidente que la filosofía moderna, en gran
parte, ha vivido y vive aun de Nietzsche. Pero no quizás como él hubiera
deseado.Nietzsche no oculto nunca que la filosofía del sentido y de los valores
tenía que ser una crítica. Revelar que Kant no realizó la verdadera crítica,
porque no supo plantear el problema en términos de valores, es precisamente uno
de los móviles relevantes de la obra de Nietzsche. Pero lo que le sucedió a la
filosofía moderna es que la teoría de los valores engendró un nuevo conformismo
y nuevas sumisiones. Incluso la fenomenología ha contribuido con su método de
trabajo a poner una inspiración nietzscheana, a menudo presente en ella, al servicio
del conformismo moderno. Pero cuando se trata de Nietzsche, tenemos por el
contrario que partir del hecho siguiente: la filosofía de los valores, como él
la instaura y la concibe, es la verdadera realización de la crítica, la única
manera de realizar la crítica total, es decir, de hacer filosofía a ≪martillazos≫.
El
concepto de valor, en efecto, implica una inversión crítica.
Por
una parte, los valores aparecen o se ofrecen como principios: una valoración
supone valores a partir de los cuales esta aprecia los fenómenos. Pero, por
otra parte y con mayor profundidad, son los valores los que suponen
valoraciones, ≪puntos de
vista de apreciación≫,
de losque deriva su valor intrínseco.
El
problema crítico es el valor de los valores, la valoración de la que procede su
valor, o sea, el problema de su creación.
La evaluación se define como el elemento diferencial de los valores
correspondientes: a la vez elemento crítico y creador. Las valoraciones,
referidas a su elemento, no son valores, sino maneras de ser, modos de
existencia de los que juzgan y valoran, sirviendo precisamente de principios a
los valores en relación a los cuales juzgan. Esta es la razón por la que
tenemos siempre las creencias, los sentimientos y los pensamientos que
merecemos en función de nuestro modo de ser o de nuestro estilo de vida. Hay
cosas que no pueden decirse, sentir o concebirse, valores en los que solo puede
creerse a condición de valorar ≪bajo≫,de vivir y de pensar≪bajamente≫. He aquí lo esencial: lo alto y lo bajo, lo noble y lo vil no son valores, sino
representación del elemento diferencial del que deriva el valor de los propios
valores. Deleuze: Nietzsche y la
filosofía.