La sensación es la propia
excitación, no en tanto que ésta se prolonga progresivamente y pasa a la
reacción, sino en tanto que se conserva a sí misma o conserva sus vibraciones.
La sensación contrae las vibraciones de lo excitante en una superficie nerviosa
o en un volumen cerebral: la anterior no ha desaparecido aún cuando aparece la
siguiente. Es su forma de responder al caos.