Devenires


Le Clézio deviene–indio, es siempre un indio inacabado, que no sabe «cultivar el maíz ni tallar una piragua»: más que adquirir unos caracteres formales, entra en una zona de vecindad. De igual modo, según Kafka, el campeón de natación que no sabía nadar. Toda escritura comporta un atletismo. Pero, en vez de reconciliar la literatura con el deporte, o de convertir la literatura en un juego olímpico, este atletismo se ejerce en la huida y la defección orgánicas: un deportista en la cama, decía Michaux. La escritura es inseparable del devenir; escribiendo, se deviene–mujer, se deviene animal o vegetal, se deviene–molécula hasta devenir–imperceptible. Un paso de Vida que atraviesa lo vivible y lo vivido.


Crítica y clínica
Gilles Deleuze