Tarea esquizoanalítica


La tarea del esquizoanálisis es ver como los parientes juegan en el inconsciente como agentes de intersección, agentes de trasmisión en un sistema de flujos de deseo, de máquinas deseantes, y que lo que cuenta, es mi relación inconsciente con mis máquinas deseantes.
Hacer Esquizoanálisis es hacer tres operaciones: Una tarea destructiva: hacer saltar las estructuras edípicas y castradoras para llegar a una región del inconsciente donde no haya castración, etc., porque las máquinas deseantes ignoran eso. Una tarea positiva: que se tiene que ver y analizar funcionalmente, nada hay a interpretar. Una máquina no se interpreta, se capta su funcionamiento o sus fallos, el por qué de sus fallos: la picota edipiana, la picota psicoanalítica del diván es la que introduce los fallos en las máquinas deseantes. Tercera tarea: las máquinas deseantes solo funcionan invistiendo a las máquinas sociales. Y aquellas son esos tipos de investimentos libidinales, distintos de los investimentos preconcientes de interés, esos investimentos sexuales -a través de todos los seres que amamos, todos nuestros amores, son un complejo de desterritorializacion y de reterritorialización, no son la territorialidad seca e histérica del diván, y a través de cada ser que amamos, lo que investimos es un campo social, son las dimensiones de ese campo social, y los parientes son agentes de trasmisión en el campo social.
Nuestros amores están siempre situados sobre una territorialidad que, con relación a nosotros, nos desterritorializan o bien nos reterritorializan. En este aspecto, hay malentendidos en juego de investimentos que son el problema del esquizoanálisis: en lugar de tener como referente a la familia, tiene como referente los movimientos de desterritorialización, de reterritorialización.