«Fang, digamos. tiene un secreto; un desconocido llama a su puerta... Fang puede matar al intruso, el intruso puede matar a Fang, ambos pueden salvarse, ambos pueden morir, etcétera... Usted llega a esta casa, pero en uno de los pasados posibles usted es mi enemigo, en otro mi amigo... »
Esta es la respuesta de Borges a Leibniz: la línea recta como fuerza del tiempo, como laberinto del tiempo, es también la línea que se bifurca y no cesa de bifurcarse, pasando por «presentes incomposibles», volviendo sobre «pasados no necesariamente verdaderos».
Esta es la respuesta de Borges a Leibniz: la línea recta como fuerza del tiempo, como laberinto del tiempo, es también la línea que se bifurca y no cesa de bifurcarse, pasando por «presentes incomposibles», volviendo sobre «pasados no necesariamente verdaderos».