Leibniz escucha el mar (G. Deleuze)
Escuchamos el mar y oímos el ruido de una
ola. Yo oigo el ruido de una ola, entonces yo tengo una apercepción: distingo
una ola. Y Leibniz dice: no oirán la ola si ustedes no tienen una pequeña
percepción inconsciente del ruido de cada gota de agua que se desliza la una
con la otra, y que forman el objeto de las pequeñas percepciones. Está el rumor
de todas las gotas de agua, y ustedes tienen su pequeña zona de claridad,
ustedes captan clara y distintamente una resultante parcial de este infinito de
gotas, de este infinito rumor, y ustedes producen su pequeño mundo interior,
sus pequeñas propiedades.