Del CsO.

El Cuerpo sin Órganos tiene que herir. Lo cual significa, para el filósofo, que el CsO desorganizará su identidad filosófica. Como tal, el CsO estalla en medio de la obra de Gilles Deleuze y es la marca de una ruptura entre una Lógica del sentido y una Lógica de la sensación, entre una biofilosofía y una biopolítica, contemporánea de los acontecimientos de mayo del 68 y del comienzo de la colaboración de Deleuze con Félix Guattari. Mientras que antes de la ruptura existe una superficie de singularidades móviles que expresa una deleuziana maquinaria estructuralista del sentido, después de dicha ruptura el pensamiento logra su auténtica materialidad en conceptos llenos de vida, conceptos que han sido construidos maquínicamente y que expresan acontecimientos. El pensamiento no es ya inmanente a la vida, sino que se trata de la dimensión vital de la vida que se arroja a lo impensado gracias a la ruptura producida por el CsO. Este arrojarse da lugar a la sensación, entendida como la dimensión tanto estética como política del CsO, que crea nuevas posibilidades para la vida. A la postre, la biopolítica resulta coextensiva tanto del arte como de la filosofía, haciendo válida como a ninguna otra la pregunta de Deleuze y de Guattari: «¿cómo hacerse un cuerpo sin órganos?».


Resumen del texto de Eric Alliez, sobre el CsO.