Para Deleuze la filosofía es creadora;
no reflexiva, contemplativa o comunicativa.
La filosofía está siempre en movimiento;
creando conceptos nuevos.





Cuando Deleuze encuentra a Guattari la sobriedad se torna radiante: ¿Cómo crear multiplicidades y no sólo enunciarlas? ¿Qué poblaciones ocuparán el desierto de las esencias? Escribir entre, como lo hacen ellos, no se había practicado nunca en filosofía. Es una nueva dimensión que busca que el pensamiento se libere de su modelo; que quiebra la identidad del autor y hace brotar las multiplicidades, las líneas, los devenires. Libros construidos como cajas de herramientas.           Salvador Gallardo Cabrera