El orden reina en todas partes, salvo algunos desgarrones: es el postulado de la antigua ciencia, su dogma primero, el que acaba de invertirse, el que la transgresión acaba de cubrir. O bien: hay algunos archipiélagos en el mar. O bien: toleramos cortes en los continentes. Era el viejo vagabundeo de la vieja ciencia o su alianza inmemorial con los viejos sistemas de orden, que nos pone hoy en peligro de muerte y de destrucción. Hemos trabajado, durante siglos, y en nombre de la ciencia, para deshacer la colusión del trono y del altar, de los príncipes y de los sacerdotes. Al hacer balance era menos grave y menos peligrosa que la del saber, presuntamente objetivo, y el poder armado.
M. Serres