Un cuerpo puede provocar que las partes de mi cuerpo entren en una relación nueva, que no sea directa o inmediatamente compatible con mi relación característica, así sucede con la muerte. La muerte resulta siempre de un encuentro fortuito y extrínseco, del encuentro con un cuerpo que descompone mi relación. En tanto vivo, mi relación siempre tiene un rango de potencia, aunque sea mínimo. Inferimos acerca de esos rangos, a través de las velocidades y de las afectaciones de que es capaz un cuerpo.