Simondon no quiere atenerse a una determinación biológica de la individuación, sino precisar sus niveles de complejidad creciente: hay, en este sentido, una individuación propiamente psíquica, que surge precisamente cuando las funciones vitales no bastan ya para resolver los problemas que se le plantean al ser vivo, y se moviliza una nueva carga de realidad pre-individual para una problemática nueva, en un proceso inédito de solución (cfr. Su interesante teoría de la afectividad). Y el psiquismo se abre, a su vez, a un «colectivo transindividual».