Aprender es, en primer lugar, considerar una materia, un objeto, un ser, como si emitieran signos por descifrar, por interpretar. No hay aprendiz que no sea "egiptólogo" de algo.
No se llega a carpintero más que haciéndose sensible a los signos del bosque, no se llega a médico más que haciéndose sensible a los signos de la enfermedad.
La vocación es siempre predestinación con relación a signos.
Todo aquello que nos enseña algo, emite signos.
Todo acto de aprender, es una interpretación de signos o de jeroglíficos.
G.D
Proust y los signos