La mejor manera, creo, de leer El Anti-Edipo consiste en abordarlo como un ‘arte’ [...].
Preguntas que se preocupan menos del porqué de las cosas que de su cómo.
¿Cómo se inserta el deseo en el pensamiento, en el discurso, en la acción? [...].
Diría que El Anti-Edipo [...] es un libro de ética.
¿Cómo se inserta el deseo en el pensamiento, en el discurso, en la acción? [...].
Diría que El Anti-Edipo [...] es un libro de ética.
Michel Foucault,prólogo de la edición inglesa de El Anti-Edipo, trad. de. M.J. Tornamina.