Diagrama terapéutico





Daniel Ferioli Seragopian
danielferioli@gmail.com

Llamaremos así a las herramientas mínimas con que dispondremos para trabajar en el territorio del agenciamiento terapéutico. Debiéramos contar al menos con cinco elementos:
una máquina y un movimiento;
una línea, un plano y un espacio.(ver luego, “combinatorias de herramientas”).
Lo que no podemos diagramar es el momento que inicia el proceso ;
es decir, lo que no podemos programar es el acontecimiento.
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Condiciones de campo
Si algo mínimo hay que construir en la relación con el paciente, es un campo de inmanencia para la producción deseante. Deseante de cura, sin lo cual no habrá proceso terapéutico posible ; debemos resignarnos, no ha llegado aún el momento.
Si no hay deseo de cura, no debe haber zanahoria para ningún burro.
Este campo de inmanencia, es el territorio terapeutico donde ocurrirá el agenciamiento entre paciente y terapeuta. Puede pensarse como la relacion medico-paciente de la psicología médica y psiquiatría, y en parte como la transferencia llamada positiva en psicoanálisis.

Combinatorias de herramientas
Hay un mínimo de herramientas a combinar para cada tipo de diagnóstico cartográfico (máquina y tipo de movimiento, línea, plano y espacio -una geometría humana-).
Si se trata de una clínica de la captura, se precisa una máquina de lucha creativa, un devenir nómada que habite nuevos movimientos, una línea de fuga que no encalle o derrape, y el tender hacia un espacio liso sin el régimen de signos del anterior, y en lo posible, con signos sin régimen.
No sin código, no con régimen.
Esta línea de fuga debe asentar o ir hacia, un plano de consistencia, en el cual se convertiría en línea flexible (una línea de fuga es para salir de, pero no para vivir con ).
La máquina de lucha creativa da la energía, la afectación y la velocidad para salir de la captura.
Es el con qué , el quid de la cuestión.
La línea de fuga da el dónde y por donde. El ubi .
Más precisamente, el dónde alude a la fisura en la captura del paciente : debemos ubicar la fisura, que siempre suele haberla.
Donde esté la fisura se podrá intentar la ruptura. Por la puerta de la ruptura se hará la fuga.
El espacio liso da el hacia dónde.
El estilo y efectos del devenir nómada darán el cómo.
El acontecimiento dará el cuándo.
Y cuando ocurrirá, no lo podemos saber. Hay latencias, agrias esperas, algunas totalmente infructuosas.`También hay sorpresas, inesperadas.

Para una clínica de las fugas frustras( o de las fugas sin líneas, sin cartografía), se precisaría de un plano de consistencia, devenir flexibles de las líneas de fuga , trazar líneas de fuga exitosas, un espacio liso que evite el espacio vacío, y la máquina preferible será la deseante a la de guerra.
Un nómada frustro tiene demasiada máquina de guerra, generalmente más destructiva que creativa.
Precisa sedentarizarse un poco, para lo cual ayudan los planos de consistencia.
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