¿Quién percibe? Nadie. Las imágenes mismas, ¿qué perciben? Perciben exactamente ahí donde reciben el movimiento, y donde lo ejecutan, donde reaccionan al movimiento. Un átomo, en ese sentido, es solo un movimiento que, como tal, es percepción de todos los movimientos de los que sufre la influencia, y de todos los movimientos que ejerce como su propia influencia sobre los otros átomos. Yo diría, entonces, que cada imagen es percepción, no percepción de si misma, puesto que no hay cosas, sino que cada imagen-movimiento es percepción de todos los movimientos que actúan sobre ella y de todos los movimientos por los que ella actúa sobre las otras imágenes. En otros términos, yo diría de cada cosa que ella es, es una percepción total, diría de cada cosa que es -tomo una palabra un poco más técnica, pero que hace comprender mejor- cada cosa es una prehensión. Cada cosa es una imagen-movimiento que como tal prehende todos los movimientos que recibe y todos los movimientos que ejecuta. Eso quiere decir que, sobre el plano de inmanencia, solo hay líneas y figuras de luz. He aquí el segundo carácter. El primero era: el plano de inmanencia es el conjunto infinito de las imágenes-movimiento en cuanto varían las unas con relación a las otras, el segundo carácter es: la colección infinita, o el trazo infinito, de las líneas o figuras de luz. Tercer carácter, y es Anne Querien quien lo decía: no hay nada que hacer, no escaparás, es necesario introducir el tiempo. Es necesario no simplemente introducir el movimiento y la luz, es necesario introducir el tiempo, y yo decía si y no. Y después, porque es así como trabajamos, ahora es una intervención, luego tengo una carta de Anne Querien, más detallada sobre la manera como comprendía esto. Ella habría podido hacer la intervención oralmente... y después me he dicho que, evidentemente, ella tenía razón. Pues se plantea un problema en la carta respecto al texto de Bergson. en que medida se es infiel o se sigue siendo muy fiel a Bergson. creo que somos profundamente fieles a Bergson. Es una cuestión que puede interesar a algunos de ustedes, o al contrario no interesar a algunos otros que se despreocupan por saber si somos fieles o no a Bergson: a mi me interesa, me interesa moderadamente. Pero Anne Querien me hace la observación, lo veremos pero en el desarrollo. Creo que tiene razón cuando dice que sobre el plano de inmanencia, lo que es ya muy raro, porque lo que cuenta no es la palabra "plano" -veremos porque la palabra "plano"- evidentemente es necesario el tiempo. ¿Por qué? A menos que concibamos, según la vieja tradición, la luz como instantánea, por ejemplo según una tradición todavía cartesiana, hemos visto que ese no era el caso, que Bergson tiene en la cabeza su arreglo de cuentas con la relatividad de Einstein. Por arreglo de cuentas no entiendo un combate, no entiendo una puesta a punto entre la filosofía y la física. Luz y tiempo se implican. Aún más, según el primer carácter el plano de inmanencia es, el mismo, un conjunto infinito de movimientos, en ese sentido implica el tiempo como variable. Yo diría que el plano de inmanencia, no hay elección, implica necesariamente el tiempo. Implica necesariamente el tiempo como variable de los movimientos que se operan sobre él. "Sobre" hay que ponerlo entre comillas, porque de hecho no se distingue de los movimientos que se operan sobre el. En otros términos, es el tercer carácter de mi plano de inmanencia, es un bloque de espacio-tiempo, lo que plantea todo tipo de problemas.