Seguir a un filósofo se trata de hacer algo con él, algo del propio trabajo y de existencia autónoma. No es un tema de comprensión y de acuerdo entre intelectuales, sino una cuestión de intensidad, de resonancia, de acorde en sentido musical. Un buen curso se parece más a un concierto que a un sermón.
"Se carece de oídos para escuchar aquello a lo cual no se tiene acceso desde la vivencia"
"Se carece de oídos para escuchar aquello a lo cual no se tiene acceso desde la vivencia"