Máquinas binarias


El procedimiento de preguntas y respuestas sirve para alimentar los dualismos. Siempre hay una máquina binaria que preside la distribución de los papeles y que hace que todas las respuestas deban pasar por preguntas prefabricadas, puesto que las preguntas ya están calculadas de antemano en función de las posibles respuestas a tenor de las significaciones dominantes. Así se constituye un patrón tal que todo lo que no pase por él no puede ser oído. Aunque pensemos que uno está hablando en nombre propio siempre está hablando en nombre de otro que no podrá hablar. Uno está forzosamete atrapado, poseído o mas bien desposeído. No es cierto que la máquina binaria exista por razones de comodidad. Se dice que la base de datos es la más fácil. Pero de hecho la máquina binaria es una pieza importante de los aparatos de poder. Se establecerán tantas dicotomías como sean necesarias para que sea clavado en la pared, metido en un agujero. Hasta los márgenes de desviación serán calculados según el procedimiento de elección binario: no eres ni blanco ni negro, ¿Serás árabe?,¿mestizo?; no eres ni hombre, ni mujer, ¿serás travesti?. Cada cual debe tener el rostro que corresponde a su papel. Nada menos personal que el rostro. Hasta el loco debe tener un rostro conforme a lo que se espera de él. El modelo de base a primer nivel es el rostro del europeo medio de hoy; a partir de ahí se determinarán por dicotomías sucesivas, todos los tipos de rostros. Si la misma lingüística procede por dicotomías (los árboles de Chomsky, en los que la máquina binaria trabaja el interior del lenguaje), si la informática procede de una sucesión de elecciones duales, la cosa no es tan inocente como podría creerse. Quizás sea que la informática es un mito y que el lenguaje no es esencialmente informativo, no es neutro, no está hecho para ser creído sino para que se le obedezca. Cuando la maestra explica una operación a los niños o cuando les enseña la sintaxis no puede decirse propiamente hablando que les dé información, les da órdenes, les transmite consignas, les obliga a producir enunciados correctos, ideas justas necesariamente conformes a las significaciones dominantes.