L.'HOURLOUPE
En julio de 1962, en un nuevo cambio que demuestra la vitalidad de un artista ya sexagenario, Dubuffet inicia su serie más larga e importante, la que denomina L'Hourloupe. Durante más de una década sus obras se pueblan de formas nacidas del entrecruzamiento aleatorio de trazos y de unos pocos colores elementales, células de un microcosmos caótico que con el tiempo se materializan en tres dimensiones: primero sobre el soporte ligero y manipulable del poliestireno expandido, más tarde en formade grandes esculturas, para terminar configurando un paisaje propio en el conjunto del Jardin de esmalte, inaugurado en el parque del Museo Kroller-Müller de Otterlo en 1974. Ese año, Dubuffet experimenta otra transformación radical: abandona el expansivo universo de L 'Hourloupe y se refugia en el dibujo y los pequeños formatos. En este ámbito más íntimo realiza sus series Crayonnages y Teatros de memoria, en la que compone collages a partir de sus propias obras. Hacia 1980, problemas en las vértebras obligan al artista a emplear técnicas más sencillas; sus últimas series, Miras y No-Lugares, suponen la vuelta a la abstracción de un artista que hasta su muerte, acaecida en 1985, mantendría vivo su espíritu rebelde e innovador.